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Jueves, Diciembre 5, 2024

¡Cuidado con el hanta! Consejos para un verano seguro

Las escapadas al aire libre, tan comunes en verano, esconden un riesgo poco conocido: el hantavirus. El contacto con roedores infectados, especialmente en zonas rurales con vegetación abundante, puede desencadenar esta grave enfermedad. Desde casas de campo hasta campamentos, cualquier lugar donde convivamos con la naturaleza puede convertirse en un foco de contagio. La prevención es fundamental para evitar el hantavirus. Limpiar y ventilar espacios antes de usarlos, evitar el contacto con roedores y sus excrementos, y acudir al médico ante cualquier síntoma respiratorio son medidas clave para proteger nuestra salud.

Hantavirus: ¿Cómo se puede contagiar?

Contacto directo: Aunque es un tipo de contagio menos común, el simple contacto con un roedor infectado, vivo o muerto, o su mordedura puede gatillar el contagio cuando se está en un ambiente urbano o rural con abundante vegetación, hierbas, granos y frutos silvestres, que son especialmente atractivos para estos ratones de cola larga.

Transmisión Aérea: Exponerse a un ambiente en el que haya orina fresca, excrementos frescos o secos, saliva e, incluso, restos de su anidación puede provocar el contagio. En el caso de la orina, basta que el área que la contiene se agite un poco para que pequeñas gotitas entren en contacto con el aire, facilitando el contagio.

Objetos contaminados: De acuerdo al Centro de Control y Prevención de Enfermedades del Gobierno de Estados Unidos, algunas investigaciones señalan que el virus también se puede contraer con el simple hecho de tocar algún objeto que esté contaminado con orina, excrementos o saliva del roedor, y luego tocarse la boca o nariz.

Por la vía digestiva: Otros estudios también consideran que las personas pueden infectarse al comer alimentos contaminados por orina, excrementos o saliva de ratones de cola larga contagiados.

Hantavirus: ¿Qué actividades son riesgosas para el contagio?

Apertura y limpieza de lugares sin uso: Abrir y limpiar bodegas, techos y otras construcciones que han estado cerrados o sin uso durante un largo periodo durante el otoño, invierno o primavera representan un riesgo potencial para contraer la infección, especialmente en sectores rurales.

Limpieza del hogar: Limpiar la casa, tanto dentro como por fuera, puede convertirse en un riesgo si los ratones han decidido vivir y anidar en ella también, especialmente en lugares con un clima más frío.

Trabajos al aire libre: Labores como la construcción, la agricultura e, incluso, los controles de plagas están mayormente expuestos al contagio del virus Hanta.

Campistas y excursionistas: Sobre todo en vacaciones de verano, las personas que realizan campings en sectores rurales, caminatas o excursiones pueden resultar infectados de entrar en contacto con desechos de los roedores.

Nota: Use siempre para la limpieza, guantes, mascarilla, cloro y gafas de protección para sus ojos.

Hantavirus: ¿Cuáles son los síntomas?

El contagio del virus gatilla un cuadro clínico llamado Síndrome Cardiopulmonar por Hantavirus, el que tiene los siguientes síntomas:

Primeros síntomas: Pueden aparecer hasta 45 días después del contagio y se asimilan a los de un cuadro gripal, con fatiga, fiebre alta, escalofríos, dolores osteomusculares, dolor de cabeza, síntomas gastrointestinales como náuseas, vómitos, dolor abdominal y dificultad respiratoria, de modo que, ante la presencia de cualquiera de estos síntomas, debe acudirse inmediatamente al servicio de urgencia más cercano.

Síntomas posteriores: Entre el cuarto y el décimo día después de los primeros síntomas de la enfermedad, aparecerán los síntomas secundarios. Estos incluyen una fuerte tos y una aún más intensa dificultad para respirar.

Hantavirus: ¿Cómo prevenir?

En zonas rurales:

  • Mantener las malezas y pastizales cortados a ras de suelo, y despejado de desechos y escombros en un radio de 30 metros alrededor de la vivienda.
  • Usar guantes y mascarillas al desmalezar, cortar o manipular leña.
  • Cuidar los animales que protegen de los roedores, como culebras, zorros o lechuzas.
  • Ventilar por 30 minutos antes de ingresar a cualquier lugar –como bodegas u otras construcciones- que haya permanecido cerrado por largos periodos.
  • Usar guantes a la hora de asear los espacios.
  • Rociar agua con cloro o detergente antes de barrer o limpiar.
  • Sellar con planchas de lata -pegadas y clavadas-, con cemento u otro material firme las aberturas que tengan un diámetro igual o mayor a medio centímetro, en escuelas, galpones, viviendas y bodegas.

Al acampar:

  • Hacerlo sólo en lugares habilitados, donde no se advierta presencia de roedores y en carpas con piso.
  • Para cocinar, lavar platos y lavarse los dientes utilice agua embotellada, desinfectada con cloro o hervida.
  • Es recomendable mantener protegidas y tapadas las fuentes de abastecimiento de agua, como norias, pozos o recipientes.
  • Asegurarse que no haya aberturas con un diámetro mayor a medio centímetro en carpas. De ser así, enmendar o decididamente cambiar su equipamiento.
  • Cerciorarse de mantener los restos de alimentos y otros desechos en bolsas bien cerradas, y dentro de contenedores para la basura de plástico o latón, con tapa y en algún lugar lejano a la casa o campamento, así, se evitará la atracción que las basuras ejercen sobre los ratones que están en busca de alimento.
  • Guardar la comida en recipientes herméticos o sellarlos al vacío es una buena opción para evitar atraer a los ratones.
  • Hacer un esfuerzo con cuidar a los animales que protegen de los roedores, como culebras, zorros o lechuzas.
  • No acumular vajilla sucia durante muchas horas o días. Tampoco se recomienda apilar bultos de cosas dentro de carpas o casas, que puedan acumular polvo y representar un escondite para roedores.

En casas:

  • Mantener alrededores de su casa limpios de restos de alimentos.
  • Desratizar y sellar su vivienda y bodega.
  • Cortar a ras de suelo arbustos y matorrales cercanos.
  • Mantener la basura en recipientes con tapa. No botarla en la calle o en sitios eriazos.
  • Conservar los alimentos en envases resistentes y con tapas.
  • El virus se puede eliminar limpiando y desinfectando con cloro, así que es recomendable higienizar superficies de baños y cocina rociando agua con cloro (la dosis es dos cucharadas soperas de cloro por cada litro de agua), así como también los pisos, utilizando guantes y mascarilla en todo momento.

No hay posibilidades de hacer una intervención efectiva sobre los roedores silvestres. De esta forma, las únicas medidas eficaces son la prevención, el diagnóstico precoz de la enfermedad y el adecuado manejo de los pacientes.

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