Los peligros para la salud asociados con el consumo del tabaco, especialmente a través de cigarrillos, están bien documentados, pero hay un riesgo en particular al cual la mayoría de fumadores le hace caso omiso: la ceguera.
A pesar de que los especialistas advierten que millones de personas que continúan fumando están comprometiendo sus ojos, sólo una de cada cinco conoce que puede quedar ciega, según una encuesta realizada por la Asociación de Optómetras de Reino Unido (AOP).
Los fumadores son dos veces más propensos a perder la vista comparados a los que no fuman.
Eso se debe a que el humo de tabaco puede producir y empeorar varias condiciones que afectan los ojos, asegura el Real Instituto de Personas Ciegas, una organización caritativa que ofrece apoyo e información para invidentes en Reino Unido.
Cómo el humo daña tus ojos
El humo del cigarrillo contiene químicos tóxicos que pueden irritar y dañar los ojos tanto de los fumadores activos como pasivos.
La Academia de Oftalmología de Estados Unidos también llama la atención a los problemas que se pueden agravar con el humo cigarrillos, cigarros y pipas. Estos son algunos de ellos:
– Síndrome del ojo seco
Es una molestia de picor y aspereza con el movimiento del párpado sobre el ojo, como si hubiera una partícula extraña.
Son muchos los factores que causan esta condición y el humo concentrado en el aire termina irritando los ojos y provocando un desequilibrio de las lágrimas naturales que secretan.
Como consecuencia, el ojo se enrojece y la visión se vuelve menos nítida. En casos extremos, se pueden producir cicatrices en la córnea, particularmente si el problema es prolongado.
– Cataratas
Metales pesados, por ejemplo, como el plomo y el cobre, pueden depositarse en el cristalino -la estructura transparente detrás de la pupila que recibe y enfoca los rayos de luz- y generar cataratas, una opacidad de la lente.
Las cataratas nublan la visión y hacen ver los colores opacos, desteñidos o amarillentos. La cirugía es necesaria para corregir este mal.
– Retinopatía diabética
El fumar puede empeorar los problemas de la vista relacionados a la diabetes al dañar los vasos sanguíneos en la retina, en el fondo del ojo.
Los vasos sanguíneos dañados resultan en una visión borrosa y distorsionada y, posiblemente ceguera.
– Degeneración macular asociada con la edad
Los fumadores tiene tres veces más probabilidades de desarrollar esta condición que afecta la visión central y reduce la habilidad del individuo de distinguir detalles finos.
La vista periférica no queda afectada con la degeneración macular. Aunque se puede frenar el progreso de esta enfermedad con medicamentos, no hay cura.
– Neuropatía óptica
Los fumadores son 16 veces más propensos que los no fumadores de experimentar la pérdida súbita de visión causada por neuropatía óptica, cuando se bloquea la irrigación sanguínea al ojo. Puede resultar en ceguera permanente.
Además, el fumar incrementa los factores de riesgo de glaucoma, una enfermedad que afecta el nervio óptico.
– Uveitis
El humo puede ocasionar una enfermedad que afecta una parte que queda en la capa media de la pared del ojo, situada entre la esclerótica por fuera y la retina por dentro. Cuando esta capa se inflama se llama uveitis y afecta al iris y el cuerpo ciliar.
La enfermedad produce ojos rojos, dolor y problemas de visión.